domingo, 4 de septiembre de 2011

Las infinitas versiones de la realidad

-Lo prometido, vayamos allá... Oye, ¿Estás seguro? 
-Si, por supuesto, dejaré que me lleves adonde sea...
-Está bien, tú lo quisiste.
Con mucho cuidado, cogí tu manita  y fuimos caminado hasta llegar a campo abierto, donde  a la derecha únicamente pasaba algún coche de tarde en tarde.Te susurré con aliento frío que cerrases tus ojos y dejaras tus sentidos intactos. Nos sentamos en medio de aquella nada, donde el silencio y la nieve cubrían nuestros cuerpos.Pedí que dejaras tu cuerpo a un lado, y con mucho cuidado tu alma se elevó hasta entrar dentro de mi ser en un helador abrazo.
Ahora estabas dentro de mi cuerpo, en el que anidaban pensamientos , recuerdos, vacíos y esperanzas de un mundo mejor.
Y al fin encontraste la luz... Se trataba de un paisaje desolador y muerto... El viento corría fuertemente, llovía y hacía un frío espantoso, los pocos árboles que cubrían el suelo estaban secos y sin ramas... 
Minutos después, la oscuridad volvió a cubrir la imagen... Un vacío se había instalado en aquel paraje infernal.
Y, como por arte de magia, apareció ante tu figura una sala de baile donde una muñequita de porcelana bailaba   al son de la música de un piano. La muñequita se percató de tu presencia, encendió sus ojos vacíos y empezó a llorar.
Entre tanto, lograste oír mi voz serena y triste que te llamaba.


- John, éste es mi corazón. 


Estaba helada, tenía miedo de que huyeras de mí, no querrías ni verme, ni volverías a clavarme tus ojos .. Me odiarías...
Fue entonces cuando tu voz partió aquel silencio, te apartaste de mí de immediato y con un brillo en tus ojos, dijiste lentamente:


- Que hermoso el espectáculo de tu mente.

2 comentarios:

  1. Buah, perfecto... simplemente perfecto..
    Solo un detalle estupido xD
    cogí es con "g"

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  2. ohh ...
    Muchas graciias María g.duff!
    tequiero!

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